lunes, 3 de noviembre de 2008

Soneto

A Chicote.
Mansamente tu corazón cedió,
tus pasos dejaron de ser marcados
y diste los que fueron necesarios
para obtener la paz con que partió.
Lenta, la sal tu cuerpo carcomió,
no así a la ternura de tus ojos,
que en la eternidad quedaron cerrados
ante un mundo que contigo se alió.
Tres veces tu corazón fue asediado
y una disfunción glandular había
de miel, tu flujo sanguíneo inundado;
mas ello tu risa no afectaría.
Ya la inmortalidad has alcanzado
llena de soles, flores y alegría...